Hacer visible lo invisible #DíaMundialdelAgua

Como cada 22 de marzo desde 1993, se celebra el Día Mundial del Agua. Un día oficial que destaca la importancia de este vital recurso y recuerda que aún existen en el mundo 2.000 millones de personas que carecen de acceso a agua potable.

Aguas subterráneas

Las aguas subterráneas se encuentran bajo tierra, en los acuíferos, que son formaciones geológicas de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua. Tras alimentar manantiales, ríos, lagos y humedales, las aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo. Las aguas subterráneas pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos.

El crecimiento demográfico, la rápida urbanización y el desarrollo económico son solo algunos de los factores que impulsan el aumento de la demanda de agua, energía y alimentos. La agricultura es el mayor consumidor de recursos de agua dulce del mundo, y más de una cuarta parte de la energía utilizada en el planeta se destina a fines de producción y suministro de alimentos. Para alimentar a una población mundial que se prevé que alcance los 9 000 millones de personas en 2050, la producción de alimentos deberá aumentar en un 60 %.

Alrededor del 40 % de toda el agua utilizada para el riego proviene de acuíferos1. En especial en aquellos países donde el agua escasea, el suministro de energía barata para el bombeo de aguas subterráneas para la agricultura de regadío puede conducir al agotamiento de este recurso y a la disminución de la calidad del agua. Ello entrañaría consecuencias potencialmente graves para los que ahora dependen del riego con aguas subterráneas. Además, el uso de fertilizantes y pesticidas en la agricultura constituye una grave amenaza para la calidad de las aguas subterráneas: por ejemplo, los nitratos son la sustancia que contamina con mayor frecuencia los recursos de agua subterránea en todo el mundo. Para evitar el agotamiento de las aguas subterráneas deben adoptarse políticas congruentes en materia de energía, uso del suelo y riego. La reducción del desperdicio de alimentos también puede desempeñar un papel importante en la disminución del consumo de agua.

Importancia de las aguas subterráneas

Casi toda el agua dulce en estado líquido del mundo es agua subterránea. La vida no sería posible sin las aguas subterráneas. La mayoría de las zonas áridas del planeta dependen por completo de este recurso, que suministra una gran proporción del agua que utilizamos para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales.

Asimismo, las aguas subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos. Las consecuencias de la sobreexplotación de las aguas subterráneas pueden ser, entre otras, la inestabilidad del suelo y la subsidencia y, en las regiones costeras, la intrusión de agua marina bajo tierra.

Hablamos de sobreexplotación cuando se extrae más agua de los acuíferos de la que se recarga con la lluvia y la nieve. Muchas zonas deben encarar este problema que, si se perpetúa, finalmente supone el agotamiento del recurso. Las aguas subterráneas están contaminadas en muchos lugares y su regeneración a menudo conlleva procesos largos y difíciles. Esto aumenta los costos de tratamiento de las aguas subterráneas, y a veces incluso impide su uso.

En otros lugares, desconocemos la cantidad de agua subterránea que se oculta bajo nuestros pies, lo que significa que podríamos estar desaprovechando un recurso hídrico potencialmente vital. El estudio, la protección y la utilización de las aguas subterráneas de forma sostenible será fundamental tanto para sobrevivir al cambio climático y adaptarse a sus efectos como para satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento.

Aunque las aguas subterráneas siempre han tenido una enorme trascendencia, esa importancia no se ha reconocido plenamente. Debemos proteger las aguas subterráneas de la contaminación y utilizarlas de forma sostenible, tratando de lograr un equilibrio entre las necesidades de las personas y las del planeta. Las aguas subterráneas desempeñan una función vital en los sistemas hídricos y de saneamiento, la agricultura, la industria, los ecosistemas y las estrategias de adaptación al cambio climático, y ello debe quedar patente en la formulación de políticas de desarrollo sostenible.

La mayoría de los grandes acuíferos del planeta cruzan fronteras internacionales. Se han localizado 468 acuíferos transfronterizos en todo el mundo, por lo que la gran mayoría de los países comparten recursos de agua subterránea. A nivel mundial, de los ocho mayores acuíferos sometidos a condiciones de estrés, seis son transfronterizos. Algunos de ellos no son renovables, como los sistemas acuíferos de Nubia y del noroeste del Sáhara.

En los últimos 20 años, se ha avanzado considerablemente en la evaluación de referencia de los acuíferos transfronterizos. Sin embargo, son escasos los ejemplos en los que se ha oficializado una cooperación estructural entre países que comparten este tipo de fuentes de agua. Se han analizado más de 200 acuerdos relativos a ríos y lagos transfronterizos5, y en solo unos pocos de ellos se han observado disposiciones

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