Sí, habéis leído bien, hoy es el día mundial del “retrete” y aunque parezca una broma, esta efeméride se viene celebrando desde el 2001 con la finalidad de evitar la transmisión de enfermedades, facilitar la salubridad de los espacios y tomar medidas a favor de aquellas personas que no poseen un sistema de saneamiento residual adecuado, con el fin de alcanzar el reto promovido en el #ODS6 “Saneamiento para todos en 2030”.
La temática de este año promovida por la ONU es “No dejar a nadie atrás”. Por tanto pensemos que un baño no es solo un baño, sino un salvavidas, un protector de la dignidad, creador de oportunidades. En serio, ¿creemos que alguien puede salir de la pobreza sin saneamiento? El saneamiento es un derecho humano.
PROBLEMAS ALARMANTES Y REALES A LOS QUE NOS ENFRENTAMOS
(Elaboración propia. Datos http://www.un.org)
Como consecuencia de esta crisis de saneamiento, los residuos de origen humano sin tratar propagan enfermedades al contaminar el suministro de agua y la cadena alimentaria de miles de millones de personas. En conjunto, el mundo dista mucho de poder alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6, cuya finalidad es garantizar la disponibilidad de agua y saneamiento para todos de aquí a 2030. La financiación es insuficiente, la demanda de esos servicios aumenta, la contaminación del agua se agrava y, a menudo, las actuales estructuras de gobernanza son precarias y están fragmentadas. La falta de servicios de saneamiento gestionados de forma segura es mucho más probable entre la población pobre y marginada, que con frecuencia también debe encarar múltiples formas de discriminación.
OBJETIVOS MUNDIALES EN MATERIA DE SANEAMIENTO
La finalidad del ODS 6 consiste en garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y de servicios de saneamiento para todos, en todos los contextos, de aquí a 2030.
Si continuamos en esta línea, solo 40 de 152 países podrán lograr el saneamiento básico “casi universal” de aquí a 2030. El ritmo de avance es todavía más lento en las comunidades rurales y las poblaciones más pobres. La consecución del ODS 6 pasa indefectiblemente por una aceleración de los progresos en los segmentos más desfavorecidos de la sociedad.
EL SANEAMIENTO ES UN DERECHO HUMANO
En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas concedió al saneamiento la condición de derecho humano, en virtud del cual toda persona tiene derecho al acceso, desde el punto de vista físico y económico, en todas las esferas de la vida, a un saneamiento que sea salubre, higiénico, seguro, social y culturalmente aceptable y que proporcione intimidad y garantice la dignidad. El derecho internacional de los derechos humanos obliga a los Estados a trabajar en pro de la consecución del acceso universal al agua y el saneamiento para todas las personas, sin discriminación alguna, y otorgando carácter prioritario a los más necesitados
¿Y ENTONCES POR QUÉ SE DEJA A GENTE ATRÁS?
Existen “motivos de discriminación” por los que personas de diversos grupos se están quedando atrás y se ven particularmente desfavorecidas en lo que respecta al acceso al saneamiento:
• sexo y género;
• raza, origen étnico, religión, casta, idioma y nacionalidad;
• discapacidad, edad y estado de salud;
• posesión de bienes, lugar de residencia, situación económica y social.
• otros factores, tales como la degradación medioambiental, el cambio climático, el crecimiento demográfico, los conflictos, los flujos migratorios y los desplazamientos forzosos, también pueden perjudicar de manera desproporcionada a los grupos marginados y socavar su acceso al agua y a servicios de saneamiento.
¿LA SOLUCIÓN?
Para “no dejar a nadie atrás” debemos poner fin al estigma y los tabúes en torno al saneamiento y acelerar la puesta en práctica de iniciativas encaminadas a incluir a aquellas personas que son marginadas o ignoradas porque es difícil llegar a ellas. Esas mismas personas son las que, a menudo, sufren las peores consecuencias para la salud de unos servicios de saneamiento deficientes. Garantizar el saneamiento para aquellos que han quedado atrás es una cuestión imperativa, no sólo por su salud, sino también por la del conjunto de la comunidad.
Los beneficios para la salud del saneamiento sólo se logran plenamente cuando todo el mundo dispone de servicios de saneamiento gestionados de forma segura.
(Artículo escrito para Puentes Digitales)
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